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El peor tipo de violencia contra las mujeres

El peor tipo de violencia contra las mujeres
El peor tipo de violencia contra las mujeres

Bella, hoy quiero hablarte de violencia. Y no del tipo de violencia que tan acostumbradas estamos a combatir, no de la violencia machista ni de la violencia obstétrica. Que existe.
Mi cuerpo lo sabe.
La violencia obstétrica, es esa a la que nos hemos visto sometidas en infinidad de ocasiones al dar a luz o en una simple visita a la ginecóloga/o. Esa que nos cuesta reconocer y que incluso negamos, en nuestro un afán por no sentirnos víctimas, decidimos reinterpretar la situación y creer que no fue para tanto o que era necesario.
Cuando la denunciamos, son otros las que la niegan. 

La violencia hacia las mujeres está tan enquistada en el sistema que a veces no la vemos porque la tenemos delante. La vemos muchos días en el mismísimo espejo. 

La peor violencia y la más silenciosa es la que nos infringimos a nosotras mismas, bella. 
La que te infringes a ti responsabilizándote de todo lo que sucede en tu vida.
Desoyendo tus necesidades y ocupándote de las de los demás en detrimento de ti misma.
Juzgando tu cuerpo por su forma, por su altura, en lugar de ver de todo lo que es capaz, de cuánto placer puede darte.
Culpándote de una lactancia frustada, de una cesárea no deseada.
Enfrascada en relaciones que sólo te traen abajo por no respetar tus propios límites.
La pelea es interna, por más que la pongamos afuera.


He oido de boca de una mujer que ella no dilata.
De otra que un parto vaginal es imposible por su estrechez de caderas.
De más de cien, que no tienen leche.

¿Cómo es que somos capaces de asumir sin cuestionamientos tantas afirmaciones que llevan a que nuestro cuerpo de mujeres no funciona bien?


Si nos dijesen que nuestro hígado no funciona iríamos corriendo a urgencias y nos ingresarían en la UCI...pero nos dicen que nuestro útero o nuestros pechos no funcionan, y somos capaces de asumirlo tan tranquilas. 
Que no podremos parir a nuestro bebé por nuestra estrechez de cadera, y nos lo creemos, sin una sola prueba diagnóstica que lo corrobore.
Que no somos capaces de amamantar a nuestro bebé después de que hayamos sobrevivido como especie.... y también le demos crédito.

Y dando crédito a un sistema que atenta contra nuestro cuerpo, estamos fomentando la violencia hacia nosotras mismas,
esa voz que te dice que no eres válida, 
que no eres suficiente,
que algo en ti no va bien. 

El día que tomemos nuestro poder personal por la mano, 
sepamos con absoluta certeza que nuestro cuerpo es de una perfección sublime, y lo honremos como merece, 
no habrá violencia obstétrica que pueda con nosotras.

El día que creas en ti tan radicalmente y en tu poder para gestar, parir y criar todo lo que te salga del c_ .... ese día no habrá enemigos con los que luchar.